viernes, 21 de diciembre de 2007
Ignacios Bazanes
Google no es solo una manera de buscar información sobre cualquier cosa, una manera de encontrar fotos de la mina que más te calienta en el momento. Google también es una buena forma de acariciar el ego o destruir el ego cuando uno se googlea a uno mismo.
De vez en cuando practico el ejercicio. Escribo mi nombre y veo lo que sale. Pero más que fijarme en las veces en que el texto o la información corresponde a algo que he hecho, lo que más me interesa son los Ignacio Bazán que andan dando vueltas por el mundo. En Argentina hay tres. O en rigor dos, porque uno de ellos, un ex combatiente de las Malvinas terminó suicidándose a los 42 años a raíz de todo el rollo causado por la guerra. De la existencia del segundo Ignacio Bazán ya sabía desde antes de googlear mi nombre. La novia de Rodrigo Martínez, un ex compañero del lab de revistas de El Mercurio y ahora eminencia gastronómica de Wikén, le había contado a él que tenía como compañero a un tal Ignacio Bazán en la escuela de cine de Buenos Aires. Martínez me lo hizo saber y no supe si creerle, pero google me demostró que el hombre estaba en la cierto: mi símil porteño ya ha dirigido en un par de proyectos. Para cerrar, el tercer Ignacio Bazán toca batería en una banda punk que se llama Espiral, también en Buenos Aires.(es el de la derecha en la foto)
Mi catastro sobre Ignacios Bazanes no me decepcionó. Los tres tienen historias bastantes potentes y los tres también tienen en común que son bastante valientes. O sea, en el primer caso hay que tener agallas para ir a la guerra y hay que tener agallas para pegarse un tiro después. También hay que tener una depresión de la hostia, pero ese es otro cuento. Y en los otros dos casos, igual hay que tener huevos para ser director de cine y ni hablar de estar en una banda punk.
Bueno. Eso fue lo que encontré. Tres Ignacios Bazanes en Argentina. Después me metí a facebook y me encontré con otro, esta vez en España. Claro que no pude ni siquera saber de qué ciudad era porque el acceso a su perfil estaba restringido.
Hoy leo en LUN que hay una tal Paula Salas, una periodista argentina, que quiere hacer una reunión de Paulas Salas del mundo. De seguro que ella consigue hartas más Salas de los que yo pueda conseguir Bazanes, pero el juego es igual de atractivo: debe ser impresionante ver a 100 personas que se llamen igual que uno. A mí ya me da escalofríos los pocos Bazanes que he logrado encontrar. Es como si estuvieran tomando una parte de mi vida prestada y yo estuviera tomando la de ellos. A ver si un día nos juntamos.
Y nos agarramos a combos.
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4 comentarios:
Hola. Caché tu podcast de letras hace poco (contratapa). Me gustó bastante y ya he escuchado hartos capítulos.
Saludos
Causo el efecto en mi, despues de leido esto me dedique a buscar mi nombre en google... llevandome algunas sorpresas.
Sigo desde sus inicios, no se si es honor o mucho tiempo libre :/, contratapa/clics pos-posmo/colgados del alambre. Muy buenos podcasters para mantenerse al dia.
Sobre tu coment de Vonnegut en mi blog:
De acuerdo en todo. Creo que el volumen de cuentos de Vonnegut no está en español. Por lo menos no le he visto. Sólo he leído uno ("Bienvenido a la jaula de los monos" o algo así) en la antología del cuento norteamericano de Richard Ford.
Saludos
mmm...nada que ver...o sea, un poco que ver...
Vi un documental el finde que me ha rondado todo el rato. WHITE LIGHT, BLACK RAIN, acerca del aftermath del bombardeo atómico sobre Hiroshima. Impresionante, espantoso, imprescindible.
Una señora dice que ahí descubrió que hay dos tipos de valentía sobrehumana:
-El valor de vivir a pesar de todo
-El valor de matarse
...
en fin. Todavía ando shockeado.
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