miércoles, 26 de septiembre de 2007
Manifiesto 1: Mentir
Probablemente la literatura es unos de los pocos oficios que premia al que miente. Un buen escritor de ficción debe mentir más que los peores políticos, banqueros o empresarios. Y debe hacerlo con gracia, con frases gancho y con mucho descaro. El escritor autoreferente puede escribir una primera gran novela, pero la segunda será una mala copia de la primera. Pasa todo el rato.
Qué importante es saber mentir bien, tomar una punta de algo y transformarlo en otra cosa. La otra vez pensaba que, aunque esté comprometido, un escritor siempre tiene que pensar como soltero. Por lo menos al momento de escribir. Siempre las posibilidades tienen que ser infinitas al momento de poner un encuentro con una mujer en papel. Siempre se debe pensar como degenerado, aunque uno no lo sea, y siempre se tiene que pensar como caballero, aunque uno no lo sea.
Es como los que coleccionan chiches de guerra y leen libros sobre batallas y se obsesionan con líderes militares, pero que si tuvieran la posibilidad de pelear, lo harían mortificados, a punto de hacerse en los pantalones. Parece una contradicción, pero no lo es porque, en el fondo, están escribiendo literatura en su mente. Por eso da lo mismo que el escritor sea cobarde en la vida real, todo lo que importa es que sea un perro que ladre fuerte. Y que mienta fuerte también.
Ayer veía en ISAT a Carlito´s Way, otra peli en la que Al Pacino hace de mafioso, con Sean Penn como su abogado judío que termina siendo más mafioso que el mismo Pacino. Qué mundo el de la mafia. Increíble. Si uno no quiere envejecer, casarse, tener hijos y por otro lado, quiere mujeres bellas, piscolas de 18 lucas en puti clubs y ganar la plata de todo un año en una noche--la mafia es la opción. En la mafia, todo lo bueno y lo malo del mundo real se multiplica por 10. Por eso mucha gente se marea adentro de ella, aunque también es verdad que a mucha gente le gusta la sensación de mareo.
A un escritor tiene que gustarle el mareo, aunque sea inducido a cabezazos contra la muralla de su habitación. Hay que querer ser Al Pacino en Carlito´s, ir a la guerra en invierno, tomar piscolas de 18 lucas en Passapoga, tener una vida apacible en un balneario con el peso de un secreto incontable. Hay que querer hacer todo y ser todos. La mentira tiene un potencial hermoso y devastador. Porque al final del día, nosotros somos nuestros propios escritores favoritos. Siempre.
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5 comentarios:
¿Qué pasó con el provocador, con el ansioso y necesitado huérfano que busca a un dios y a un padre en sus ansias de judaismo? ¿Lo cambiaron los xíngaros por un correcto analfabestia autocomplaciente que se contenta con repetir clisés bolañianos? el escritor no sólo miente o ficciona, eso es lo de menos-hablo: miento-; un escritor sabe que no importa ni la historia ni el estilo, sino la gran putada, la risa agónica, la lucidez alcohólica, la realización egoista y única, por eso escribe, por que es un puto ególatra preocupado de mirar las profundidades de su propio culo con la detención, el amor, la dedicación e idolatria que requiere un santo o un pequeño dios... y por demás; qué con los poetas?¿son todos los escritores iguales, escribidores, rapsodas, ensayistas, periodistas-pederastas, poetas, (y mis favoritos) los rayoneadores virtuales coordinados en la no-lectura y la ilegibilidad del hipercódigo?
eehh, presiento que esto es una pachotada, pero no la entiendo bien.
a bolaño nunca lo leí. mis clichés vienen de otro lado....
que fome, sí fome. nada más. ni pachotada ni diatriba, nisiquiera opinión, ni inteligible ni inentendible;
cita y referencia, Lucio Séneca "qui potest capere capiat", o como decía el gran Catón, el censor... "delenda est..."
Sigo leyendo
hola ignacio, recien veo tu blog y esta re bueno. te seguire leyendo. Saludos!
vidadevelada: es cierto, quizas la historia no importe ¿pero que no importa el estilo? vamos, tío, que tu sabes que no es verdad eso.
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